martes, 17 de abril de 2018

Una madre inventa para sus hijas un álbum de cromos de la Liga femenina española de fútbol

Ideó, de manera artesanal y documentada, una colección de más de 250 cromos con las jugadoras con las que sus pequeñas «se identifican»

Algunos de los cromos elaborados por la madre./Twitter.

Sus tres hijas son unas auténticas forofas del fútbol y, en concreto, unas apasionadas de la Liga femenina española de fútbol. Las jugadoras son ídolos para las tres hermanas a las que les encanta coleccionar sus cromos, algo que pueden hacer gracias al empeño y a la genial iniciativa de su madre, María Vázquez, quien ha creado, de manera totalmente artesanal y documentada, una colección de más de 250 cromos con las jugadoras de la Liga femenina. «Yo mismo imprimo y plastifico los cromos. Les encanta. Se identifican. Y yo me siento orgullosa de poder ofrecérselo», indicaba la mujer cuya idea está teniendo una enorme repercusión en redes sociales. Vázquez, periodista de profesión residente en Badajoz, publicó un hilo el pasado día 13 explicando la iniciativa, en el que solicitó directamente la colaboración de clubes para completar el álbum.
Su objetivo principal era terminar la colección de cromos, algo que parece va a conseguir. No tardó en recibir una avalancha de respuestas de usuarios de todo tipo de perfiles ofreciendo su ayuda o aplaudiendo su original iniciativa. También respondieron a su llamada los clubes e incluso la Liga Iberdrola y La Liga se han puesto ya en contacto con ella garantizando su respaldo y comprometiéndose a colaborar en completar la colección.
Fuente: Diario Sur 17/04/2018

miércoles, 4 de abril de 2018

¿SABES CÓMO SE SIENTE UNA NIÑA? BILLY Y EL VESTIDO ROSA

Ya en 1988 eran muy conscientes de todos los estereotipos que nos rodean y de la dificultad de ser una niña y saber cómo se siente una niña. Anne Fine lo describe con especial precisión en su libro Billy y el vestido rosa de Loqueleo Santillana; una novela dirigida a niñas y niños de más de 8 años que narra un día en la vida de Billy, un niño que una mañana se despierta y es una niña, le visten como una niña y debe pasar toda la jornada sufriendo lo que supone ser una niña en una sociedad llena de prejuicios y estereotipos sexistas.

Cómo se siente una niña

Nada más salir a la calle, el chico que normalmente le patea los tobillos, le suelta un silbido, y Billy se muere de vergüenza. Este es solo el comienzo de su día como niña y con un vestido rosa. Si todavía piensas que no hay desigualdades por ser una niña o ser un niño, no está de más asomarse a este libro para poder apreciar las diferencias y que nuestros niños y niñas sean conscientes de ellas. Porque para poder solucionar un problema, en este caso la adjudicación de los estereotipos, tenemos que hacerles ver a nuestras criaturas dónde residen.
Por eso este es un buen libro para fomentar la empatía y hablar con nuestras criaturas sobre cómo sería un día siendo del sexo opuesto. ¿Si fueras un chico, cómo crees que sería de distinto tu día? ¿Y si fueras una niña? ¿Qué otras diferencias puedes encontrar en tu vida cotidiana si eres una niña o un niño?
Manos a la obra, vamos a derribar los estereotipos.

DECÁLOGO PARA SER UN BUEN PADRE FEMINISTA

Decálogo para ser un buen padre

  1. Es responsable del cuidado de sus criaturas en cuestión de higiene: duchas y lavado de pelo (piojos incluidos), cortado de uñas y pelo, cambio de pañales y resto de limpiezas.
  2. Es responsable de que el hogar en el que viven sus criaturas esté limpio y organizado, por lo que se ocupa de las tareas de lavado de ropa, tendido, plancha, friega de baños o de limpiar la nevera.
  3. Es responsable de lo que se come en el hogar en el que viven sus criaturas, por lo que cuando él se ocupa de la comida tiene que tener en cuenta que sean desayunos, comidas, meriendas y cenas sanas. Y comprar los alimentos adecuados y cocinarlas.
  4. Es responsable de estar al tanto de las actividades del colegio, del grupo de whatsapp, de ir a las reuniones de familias, a las tutorías y a los festivales de sus criaturas. También es responsable de educar a sus criaturas para que hagan los deberes o lleven las manualidades, circulares firmadas y resto de vicisitudes al colegio.
  5. Es responsable de los horarios de las actividades extraescolares, del pago de sus mensualidades, de la llevada y recogida de sus criaturas a ellas. Es responsable de la vida social de sus criaturas, los cumpleaños o eventos a los que asiste, la organización, del regalo y la llevada y traída de la criatura.
  6. Es responsable de saber las vacunas, revisiones y citas con pediatras y especialistas.  Además de la llevada y recogida de sus criaturas de ellas.
  7. Es responsable de organizar vacaciones, campamentos o cuidadoras de sus criaturas, planear calendarios, horarios, pagos y llevada y traída.
  8. Es responsable de la ropa que llevan sus criaturas, de saber su talla, de comprarle zapatos nuevos cuando se estropean o se quedan pequeños.
  9. Es responsable de la educación en los valores que quiera darles, y de ejercer esa responsabilidad de manera cotidiana y cariñosa.
  10. Es responsable del amor que reciben sus criaturas, de que se sientan queridos, de darles herramientas para que tengan la autoestima alta, y para que sean personas amables, generosas, solidarias y respetuosas.
Y por supuesto, si tiene una pareja mujer, tiene una relación de igualdad y corresponsabilidad con ella y ha desterrado los mitos del amor romántico.
¿Eres un padre feminista?

10 IDEAS PARA UNA FICCIÓN MÁS IGUALITARIA: ESTEREOTIPOS DE GÉNERO EN FICCIÓN INFANTIL

Hoy es el día del libro infantil, y por este motivo os quiero hablar de la responsabilidad que tienen las personas que escriben ficción con respecto a este asunto. Porque no podemos olvidar que a nuestras criaturas no solo las educan su madre, su padre o los docentes, si no que toda la sociedad educa, y los referentes culturales y la ficción les otorgan modelos de cómo tiene que ser una chica y de cómo tiene que ser un chico. De nada sirve una educación en igualdad si luego va a llegar Cenicienta o Crepúsculo a contarle a nuestras criaturas que las mujeres son dóciles y obedientes y que deben sucumbir a los mitos del amor romántico. ¿Conocéis el efecto Scully? La aparición de personajes femeninos fuertes y competentes en áreas científicas ha inspirado a muchas chicas a elegir carreras STEM en la universidad, lo que ha impulsado la presencia femenina en áreas que eran casi exclusivamente masculinas. Esto es perfectamente extrapolable al efecto inverso: la cantidad de niñas y mujeres que se han identificado con personajes femeninos sometidos y manipulables.
Así que la entrada de hoy está dirigida a esas personas que dedican su esfuerzo y talento a crear ficción.
Estereotipos de género en ficción infantil

Uno de los estudios más recientes sobre los estereotipos de género en la literatura infantil se llevó a cabo en la Universidad de Florida: analizaron la representación de personajes femeninos y masculinos (niñas y niños, seres humanos o animales) en los títulos y personajes centrales de 5.618 libros infantiles publicados a lo largo del siglo XX en Estados Unidos. Concluyeron que, en comparación con los personajes femeninos, los personajes masculinos se representan casi dos veces más en títulos y 1,6 veces más en los personajes centrales. Además, los roles o el poder de intervención de los personajes femeninos es realmente desigual con respecto a los personajes masculinos. ¿Cómo pueden las personas que escriben ficción corregir tantas desigualdades sin que repercuta en sus tramas? Sabiendo que hay múltiples lecturas dentro del análisis de cualquier obra de ficción, no está de más tener presentes una serie de máximas a tener en cuenta:
  1. Representando a personajes femeninos diversos. Que niñas y mujeres (seres humanos o animales) que aparecen en la historia se alejen de los estereotipos del perfil femenino: sumisas, dóciles, cuidadoras, complacientes… que sean chicas autónomas, independientes, y que toman decisiones. Tampoco nos valen las brujas y malvadas, ya que es otro estereotipo bastante común en la ficción infantil.
  2. Representando a personajes masculinos diversos. Que los niños y hombres que aparecen nos muestren perfiles diferentes que se alejen de la masculinidad hegemónica, esa en la que los personajes masculinos deben ser fuertes, valientes, sabios y agresivos. Los chicos también pueden ser sensibles, emotivos, débiles, cuidadores o responsables.
  3. En las tramas los personajes femeninos pueden tomar la iniciativa, ser protagonistas y resolver el conflicto. Los personajes masculinos también pueden ser un lastre, o aprender del personaje femenino.
  4. Intentar que los personajes hablen con un lenguaje inclusivo.
  5. Si hay desigualdades, hacer crítica sobre ellas e incidir en el modelo igualitario y las relaciones igualitarias.
  6. Eliminar los mitos del amor romántico: ni el amor es para toda la vida, ni hay que aguantarlo todo por amor, ni el amor hace sufrir, ni requiere de entrega absoluta, ni existe la media naranja, ni las personas se completan por amor, ni los celos es amor…
  7. Tratar con la sensibilidad pertinente escenas de violaciones o agresiones, para evitar normalizarlas, y procurar que detrás de esa violación o agresión exista una crítica o un porqué, y se evite la impunidad gratuita de este tipo de tramas.
  8. Huir del ejemplo de sociedad convencional, no todo son familias tradicionales: las hay monomarentales, monoparentales, de padres gays, madres lesbianas, familias recompuestas tras las separaciones… y la ficción debe recoger estas diferencias.
  9. Diversidad de orientaciones sexuales, identidades sexuales y ruptura de estereotipos en este sentido: ni todos los gays son sensibles ni todas las lesbianas son bordes.
  10. Estudiar el conjunto de la ficción a través de análisis como el test de Bechdel, el principio de Pitufina o el test de la lámpara sexy.